20 diciembre 2011

παρθηνικοι κοραι parthenikoi korai




"Los vientos que no soplan a ninguna parte, no son buenos vientos"



Día de invierno en la playa. Un diciembre cálido con ligeras brisas frescas. El mar está revoltoso. Elle pasea por la orilla. Va descalza. Sus pequeños pies estan fríos, apenas los siente. En realidad no nota nada, se encuentra en ese estado en el que no tiene ni frio ni calor. No sabe si esta muerta o viva, simplemente está. Piensa en ella, en esos días anteriores en los que la soledad había empezado a invadirle, y en ese vacío fértil que comienza y que tanto necesita. El camino que conocía, las palabras que sabía, los olores y sabores que hacían que se sintiera protegida...y decidir olvidarlo todo. Porque sabe que sí no lo hace no llegará a ninguna parte, ya que estará fingiendo algo que sabe perféctamente que le importa y que le hace daño cada vez que lo recuerda. Sabe que será duro. Se sentirá extraña.

El oleaje rompe a su pies, dejando el rastro de la espuma. Entre ola y ola se descubre una caracola. La más bonita que ha visto. La acerca a su oído, cierra los ojos y se adentra en su hábitat marino. Recuerda que un día alguien le dijo: "eres una bella sirena, cuando te sientas sola sopla una caracola, auyentará todo lo malo que te envuelva" La sopla. Suena una extridente melodia, un sonido auspicioso que auyenta a los fatasmas que residen en ella, a esos miedos, y comienza a girar y a girar sobré si misma, entremezclándose las distintas masas de aire, pasiones y temores, dando lugar al viento huracanado, dispersando todos los sentimientos negativos.

Ese viento ha llegado a la ciudad.Y dejará de soplar cuando ella pare de girar.




E.


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